Clases de Ashtanga Yoga en Las Matas
El Ashtanga Yoga es un estilo de yoga dinámico y estructurado que se diferencia del yoga más convencional porque sigue siempre una misma secuencia de posturas enlazadas con la respiración, creando un ritmo fluido y meditativo. Esta repetición permite avanzar de manera progresiva, ganar fuerza, flexibilidad y concentración.
Mi primer contacto con el Ashtanga Vinyasa Yoga fue en 2006, con un maestro de teatro físico, Marcelo Savignone (podemos enlazar a su web), en Bs As. Marcelo practicaba la primera secuencia de Ashtanga como un método para el mantenimiento físico y la concentración para el escenario.
Nos abría las puertas de su casa dos veces por semana a las 7 a.m, y no nos cobraba nada, como él decía era algo que él compartía como entrenamiento pero no se consideraba profesor de yoga. Apenas daba instrucciones, él hacía su práctica y colocaba su esterilla un poco más adelantada que la nuestra, así podíamos copiar lo que él hacía. Enseguida empecé a sentir los efectos. Mi energía cambió por completo. Estaba mentalmente más despierta, más activa y al mismo tiempo era una actividad enfocada y dirigida, calmada. Mi postura cambió, me sentía más erguida, más fuerte, más alta podría decir incluso.
Horarios y Precios de la práctica de Ashtanga Yoga en las Matas
De esta manera en que practicábamos con Marcelo, copiando lo que él hacía en un espacio de silencio y concentración, empecé a interiorizar la secuencia muy rápidamente. Cuando no iba a las prácticas hacía en casa lo que recordaba de la secuencia. En pocos meses mi cuerpo había memorizado la secuencia hasta navasana sin mayor problema, salía como algo natural, mi cuerpo lo pedía como comer y dormir, como parte de una rutina necesaria para el mantenimiento de la vida.
Cuando volví a Madrid en 2008 busqué un lugar donde continuar y di con Borja Romero, le debo muchísimo a él y a su espacio (te cuento más sobre mi experiencia en la calle Juanelo con Borja en la entrevista que le hice en 2017) , y desde entonces he seguido practicando y asistiendo a clases de manera siempre intermitente, pues era difícil para mí, por economía, ir todos los meses a clase. Nunca he podido permitirme esto pero a cambio sí he tenido, desde el principio, el impulso casi innato de practicar por mi cuenta. Y esta es una de las grandes ventajas que le veo a este método. Que te facilita la posibilidad de practicar por tu cuenta casi desde el comienzo y sin saber nada de yoga. Si bien es cierto que con un profesor puedes avanzar más deprisa, creo que si hay algo importante en este camino es precisamente “no tener prisa”. He tardado casi veinte años en completar la primera secuencia, muchas personas que empezaron después de mí me llevan mucho trayecto si medimos el avance en la práctica como acumulación de posturas o como una destreza física en la que doblarse más significa progresar. Para mí no se trata de esto en absoluto, y por eso no siento que no he avanzado por llevar veinte años y no hacer más posturas o más complejas. Para mí el avance está en cómo me relaciono con la práctica y en lo que puedo aprender del yoga para vivir más libremente. El yoga es un método de autorregulación, a través de los asanas y la respiración nos comunicamos y regulamos nuestro sistema nervioso para adaptarnos a lo que este necesite en cada momento. Tener una buena escucha y comunicación con nuestro sistema nervioso es el verdadero avance. Por otro lado hay toda una filosofía que sostiene la práctica y que es lo que, al menos a mí, me hace tomar mejores decisiones en mi vida y tener más paz en cómo vivo. Todo esto lo aprendo con mi maestra, Lula Cañas, que viene también de la tradición de Krishnamacharya y con la que puedo profundizar en el yoga como camino espiritual y aplicar todo este sistema a mi vida y relacionarlo también con asana cuando practico.
No he tenido la oportunidad de viajar a Mysore, la considerada “cuna del Ashtanga Yoga”, pero me considero una practicante comprometida, y todo lo que ha nutrido mi práctica durante estos años lo demuestra. Es por ello que ahora, después de veinte años relacionándome con esta práctica y con otras que se vinculan y complementan lo que hacemos en Ashtanga, abro mi casa, igual que mis maestros hicieron en su día conmigo, para que tú puedas también conocer esta metodología y, quizás, ser autónoma integrando esta secuencia para practicar donde sea que estés cuando lo necesites o quieras, más allá de que puedas venir o no a clase.
Pincha aquí para ver toda la info de Horarios y Precios de las clases de Ashtanga yoga en las Matas